- El Servei Català de Trànsit se negó a dar el examen de castellano a los candidatos que lo solicitaron
- Cerca de un centenar de aspirantes se manifiesta hoy para exigir que se repitan las últimas pruebas.
La conselleria que lidera Joan Saura recibirá esta mañana a un nutrido grupo de manifestantes en su contra. Está previsto que cerca de un centenar de aspirantes a profesor de autoescuela muestren su rechazo a las pruebas que les realizó el Servicio Catalán de Tráfico (SCT) –dependiente de Interior– el pasado 25 de abril en la Universidad de Bellaterra, tests que los candidatos consideran «inválidos» e «ilegales».
El examen, de unas 800 preguntas, sólo se podía realizar en catalán. «Cuando nos dimos cuenta, hubo compañeros que pidieron una copia en castellano, pero les fue denegada», explicó ayer a este diario August Cabello, uno de los afectados. «Es ilegal y no respeta el Estatut», defendió y añadió que el artículo 6.2 reza que el castellano también es «la lengua oficial del Estado español» y que «todas las personas tienen derecho a utilizar las dos lenguas oficiales». Para más inri, explicó que también les avala el artículo 32, que especifica que «no puede haber discriminación por el uso de una u otra lengua».
Pero no sólo los aspirantes se vieron obligados a realizar el examen en esta lengua, además, estaba mal redactado. En la prueba de evaluación ordinaria, una de las respuestas contenía la palabra «incomplertes», vocablo que ni está admitido por el Institut d’ Estudis Catalans, ni está avalado por los filólogos consultados.
Los afectados denuncian que el propósito de las pruebas, «con preguntas interminables e imposibles de contestar en menos de un minuto», era para «conseguir eliminar al máximo de aspirantes posibles». Según cuenta Cabello, de los más de 800 examinados, sólo 40 han conseguido el aprobado. «Pedimos que se repitan las pruebas en condiciones, con un redactado adecuado y con la posibilidad de hacer el examen en castellano».
«Durante el examen, muchos de los aspirantes sufrieron ataques de histeria por la dificultad de la prueba y el poco tiempo que había para responder las preguntas», dijo Cabello, que explicó que la dificultad de los tests fue inusual. «Es extraño que el examen fuese tan difícil, comparado con el de otras promociones, el nivel de antes era bajísimo», espetó.
Ante estos hechos, el Servei Català de Trànsit denegó cualquier declaración sobre el uso de las lenguas oficiales en las pruebas. «Tendrán una segunda repesca aquellos que quieran volver a intentarlo», explicaron fuentes del organismo. Asimismo, indicaron que de las 92 reclamaciones que han recibido por las pruebas, «sólo una» hacía referencia al uso del catalán en el examen.
Los afectados, por su parte, denuncian que el SCT ha enviado «el mismo modelo de respuesta» a todos aquellos que demandaron una revisión de examen. «Dicen que “con el asesoramiento de expertos” se han revisado las pruebas, pero no explican los fallos que hemos tenido», apostillaron.
La Razón