21 de septiembre de 2009

¿Somos los españoles, europeos de tercera para la EU?



Este verano ha estallado el conflicto entre la minoría étnica húngara de Eslovaquia y el Estado Eslovaco, y por ende, entre Hungria y Eslovaquia. El detonante ha sido la aprobacion de la Ley Eslovaca para el uso de la Lengua del Estado. Con ella se ha tratado de establecer las normas que regularán de ahora en adelante el uso de la lengua oficial en aquellos territorios donde están ubicadas las étnias minoritarias de Eslovaquia .

La Comunidad Europea intentó permanecer al margen de la polémica por considerarlo un asunto interno, pero el escándalo saltó a los medios de comunicación de izquierda y derecha en los paises vecinos. Los húngaros hablan de imposición y recorte de libertades, el estado eslovaco responde diciendo que aplica escrupulosamente la legislación europea.

Lo más sorprende para nosotros, españoles, son las posiciones de la OSCE, la EBLUL y del Alto Comisionado para el Multiligüismo de la EU ante la polémica.

La OSCE ha mediado entre eslovacos y húngaros insistiendo en que debe exitir un equilibrio entre el necesario fortalecimiento de la lengua del estado y los derechos de las minorias. Nótese que nunca, ninguna instancia europea a la que los españoles hemos elevado nuestras denuncias, nos ha reconocido el "necesario" fortalecimiento de la lengua de NUESTRO estado, bien al contrario.

Para defender los derechos de la minoría húngara en Eslovaquia la prensa europea, la EBLUL y los partidos húngaros objetan:

- las sanciones financieras que se establecen por el uso inadecuado de una lengua,
- la ingerencia del órgano regulador en su uso privado,
- la interferencia en la comunicación entre el personal sanitario y los pacientes,
- la imposición durante los primeros cursos escolares de una lengua diferente a la materna,
- las dificultades que supone no dominar un idioma común en las comunicaciones entre los cuerpos de seguridad
- y hasta la existencia de órganos administrativos que sancionan ante una denuncia anónima.

Cuando los españoles leemos esto lo menos que nos quedamos es atónitos. En España, los castellanohablantes llevamos desde el 25 de enero de 1981, fecha en que se publicó el Manifiesto de los 2300, reivindicando lo mismo.

El 4 de Mayo de 2009, el sr. Leonard Orlan, Alto Comisionado para el Multilingüismo en Europa, respondió a un pregunta parlamentaria que solicitaba la mediación de la UE en este asunto con los siguientes términos : La Comisión sólo puede actuar si una cuestión está relacionada con la aplicación de la legislación comunitaria. Este podría ser el caso, por ejemplo, cuando una disposición nacional sobre el uso de las lenguas constituye un obstáculo injustificado a la libre circulación de trabajadores o de los demás ciudadanos."

¿Le parecerá baladí al sr. Orban la falta de libre circulación de los trabajadores españoles en su propio país, sometidos a la obligatoriedad de un determinado grado de certificación académica en la lengua regional para poder acceder a cualquier trabajo en ese territorio?

Si los húngaros han conseguido que la UE se interese por el asunto en solo seis meses de polémica, nos preguntamos ¿en qué hemos fallado los españoles?, para que después de 28 años, lo único que hayamos conseguido nosotros es, que millones de castellanohablantes no puedan escolarizar a sus hijos en la tercera lengua más hablada del mundo después del chino y el inglés.

¿Tiene Europa un doble rasero para medir los derechos de sus ciudadanos?

¿Hemos llevado las denuncias demasiado aisladamente, por comunidades? ¿Necesitamos unirnos en una acción común?

¿Están monopolizados los organismos europeos decisorios en estos temas, precisamente, por partidos de ideología nacionalista?



1 - 2 - 3 - 4

Artículos relacionados