2 de noviembre de 2009

Maite González: "Nos fuimos del País Vasco a Logroño para que nuestros hijos estudiaran en castellano"



"Ahora en Logroño podemos expresarnos libremente "
LVL
lunes, 02 de noviembre de 2009, 09:47

Logroño.- "El cerco a los niños del modelo A ha ido incrementándose", asegura Maite González, quien tuvo que marcharse del País Vasco a Logroño con su marido y sus tres hijos pequeños. Ante la presión lingüística tuvo que emigrar a la comunidad vecina, donde escolarizó a sus hijos. "Ahora en Logroño podemos expresarnos libremente y somos una familia como las demás que no necesita normalizarse".

Tiene tres hijos. ¿Han sufrido algún tipo de presión lingüística?

- Sí. Los matriculamos en el modelo A (el de castellano), por lo que también se produjo cierta presión inconsciente sobre ellos. No se puede obligar a sentir aprecio por una lengua. Puedes quererla y sentirte ligada a ella, pero en el momento en el que te fuerzan todo cambia. Es muy triste sentir esa presión sobre ti, mucho más cuando ves que tus hijos están también afectados.

- ¿Qué características tenía el centro en el que matricularon a sus hijos?

- Matriculamos a nuestros hijos en el colegio que nos pareció más adecuado para su educación. Un centro concertado, de ideario cristiano, disciplinado y con buenos resultados académicos… Pero en cuanto los inscribimos en el modelo A infinidad de personas nos dijeron que les estábamos cerrando muchas puertas. De hecho en este colegio el modelo A era bilingüe inglés-español, pero pese a ello nos manifestaban lo mismo.

"EL CERCO A LOS NIÑOS DEL MODELOS A HA IDO INCREMENTÁNDOSE"

- ¿Cómo se ha manifestado esa presión de la que habla?

- El cerco a los niños del modelo A ha ido incrementándose. Sin contar con los padres y faltando al contrato que firmamos con el colegio, el centro ha ido incrementando las horas de euskera y añadiendo asignaturas en dicha lengua. La dirección siempre nos ha manifestado que es por su bien, pero la situación es muy diferente. Mis hijos todavía son pequeños pero siempre han sacado muy buenas notas. El año pasado los tres terminaron el curso con sobresaliente en euskera, pero no creo que estén capacitados para adquirir conocimientos en esa lengua.

- ¿Se resintió de alguna forma el ritmo de aprendizaje de sus hijos al incorporarles asignaturas en euskera?

- Sí. Mi marido y yo nos dimos cuenta de que su evolución disminuía. No estamos dispuestos a consentir que dejen de asimilar conocimientos porque primero tienen que aprender el código en el que se les van a impartir. Todos los seres humanos no tienen la misma capacidad de aprendizaje. ¿Cuánto tiempo costaría a nuestros hijos aprender euskera para, después, poder entender Matemáticas, Lengua, Conocimiento del medio, Religión o Física? Por otro lado, los niños del modelo A evolucionaban mucho más rápidamente que los de los modelos B y D, y eso no podía consentirse. Así que falsearon los datos y comenzaron a decir que todos los niños evolucionaban a la par, lo que no era cierto en absoluto. De repente su ritmo de aprendizaje disminuyó. Si por ejemplo en tercero de Primaria ya escribían y leían con soltura, de repente les pusieron a dibujar y colorear, a cantar canciones en inglés o euskera, a jugar y poco más. En realidad, si las autoridades dijeron que en los tres modelos se evolucionaba igual fue porque se ralentizó el aprendizaje de los niños del modelo A, no por otra cosa.

- ¿Qué argumento dio el Gobierno regional para llevar a cabo este cambio?

- Desde el Departamento de Educación se dijo que era un experimento, lo que me indignó. ¿Cómo no se les cae la cara de vergüenza? Mis hijos no son cobayas humanas. Si a ellos no les importa perder a una, dos o vaya usted a saber cuántas generaciones de niños vascos, a mi sí. Porque son mis hijos y no ratoncillos de laboratorio. Que experimenten con los suyos en vez de mandarlos a estudiar fuera del País Vasco.

- ¿Cuál ha sido su reacción?

- Mi marido y yo decidimos trasladar nuestro domicilio a Logroño. Él mantiene su trabajo en Vitoria por lo que cada día tiene que arriesgar su vida en la carretera. Eso por no hablar de los madrugones que tiene que pegarse. Ahora vivimos de alquiler. Hemos dejado en Vitoria nuestro piso, además de familia, amistades, pasado y recuerdos. No queríamos que experimentaran con nuestros hijos. Ahora, poco a poco vamos entablando nuevas relaciones y amistades.

- ¿Cómo han reaccionado sus hijos frente al cambio de ciudad y de colegio?

- Ellos están muy contentos. A los dos mayores les ha hecho mucha gracias estar en 3º B y en 4º B y hacen rabiar al pequeño, al que le ha tocado en suerte estar en 1º A. Ahora en Logroño podemos expresarnos libremente y somos una familia como las demás que no necesita normalizarse.

- ¿Qué conclusión extrae?

- Respeto a todo el que no piense o sienta como yo. Por supuesto no los hago de menos, pero deseo que se practique lo mismo conmigo y con los míos. Soy española, me gusta ser española, estoy muy orgullosa de mi país y de pertenecer a él. No quiero que nadie limite mi libertad de expresarlo y expresarme. Y, sobre todo, quiero que mis hijos tengan la posibilidad de sentirlo igual y de manifestarlo en nuestra maravillosa lengua, el español.



LA VOZ LIBRE

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